miércoles, 14 de mayo de 2014

POR QUÉ LA POLÍTICA

¿Por qué la Política? Porque somos imperfectos y somos gregarios, ineludiblemente nos gusta vivir en grupo, en sociedad.
La política existe para gestionar dos características de los seres humanos: Somos gregarios, y además somos imperfectos. En efecto, la convivencia humana ocurre por medio de la conformación grupos sociales en los cual existen múltiples intereses que en muchos casos derivan en conflictos de diferentes tipos, niveles e importancia. Dichos conflictos deben dirimirse dentro del marco del bienestar colectivo, siendo el medio idóneo la Política. Por su parte, al ser imperfectos, nuestras acciones pueden generar resultados indeseados o incorrectos, cargado de errores y fallas que pueden afectar al colectivo. Siendo así, la Política pretende ser el medio por el cual los actores sociales tiendan a hacer las cosas moralmente válidas, ello implica la necesidad de la existencia de fuerzas externas que propicien el orden que haga posible la convivencia. La Política busca el equilibrio de dos polos: La lucha y el orden. Esta última hace posible la coexistencia social. No es posible vivir en eterna lucha, como es ingenuo pensar que se puede existir un constante orden. Para ello atenta nuestras imperfecciones.
Existen múltiples factores que son caldo de cultivo de los conflictos sociales, generadores de lucha, algunos de ellos son: Clases sociales, la cultura y religión, las ideas y la defensa de las mismas, la geografía, la población y el dominio de los recursos naturales. Todos conflicto social atenta contra el orden, que hace factible la convivencia.
La lucha se genera por alcanzar el poder, lo cual es un impulsor constante de conflicto, debido a que existe más aspirante que detentadores de ese poder. Unos pueden mandar y otros deben obedecer. El deseo de obtener poder es inherente a la naturaleza humana, en la cual existen individuos cuyo objetivo es alcanzar y desarrollar ese poder. El poder político debe permitir el logro del orden social, teniendo, además una doble característica, por una parte es un hecho de dominio y por otro los es de gestión.
El poder político en su condición de dominio se basa en la fuerza, que se traduce en capacidad de coerción para generar el orden social. Desde su condición de gestión, este poder se asocia a las funciones de gobierno que deben acarrear soluciones de problemas sociales. Esto implica responder la pregunta de qué hace el gobierno, que no otra cosa que políticas públicas. Es importante resaltar, que el poder que emana del contrato social, distinto a la fuerza pura, es objeto de la exigencia de resultado y soluciones. A quienes ostentan el poder originado de la fuerza pura no ofrecen soluciones a la sociedad y no se les puede exigir ello.
Ahora bien, el poder requiere de un elemento fundamental para su mantenimiento: La legitimidad. Que genera consentimiento, es decir su aceptación, tanto por los hechos, como de Derecho. La legitimidad puede ser de tipo dinástica, teológica y más modernamente, democrática.
En democracia el poder no es un atributo personal, es una responsabilidad. No es inherente a la persona, sino a las instituciones que el funcionario representa. El poder del Presidente de la República, or ejemplo, no le pertenece como individuo, lo ostenta por mandato del cargo que desempeña. Al abandonar el cargo, deja de tener poder. Todo ello significa, que el poder pasa de lo personal a lo institucional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario